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Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico, llamado el Emperador o el César, reinó en todos los reinos y territorios hispánicos con el nombre de Carlos I desde 1516 hasta 1556, reuniendo así por primera vez en una misma persona las Coronas de Castilla – el Reino de Navarra inclusive – y Aragón.

Fue además emperador del Sacro Imperio Romano Germánico como Carlos V de 1520 a 1558 y llego a conquistar un territorio tan extenso que se conocía como “el imperio donde nunca se pone el sol”. Este incluía enorme extensiones en Europa especialmente Italia y los Países Bajos, varias islas en el Atlántico y en el Mediterráneo, ciudades en el norte de África y vastos territorios en América.

Lo que más no gusta de él, además de su afición por las islas ????, es que le correspondió dar una solución definitiva al problema de la esclavitud de los indios y lo hizo concienzudamente pues se fundamentó en los argumentos de los mejores teólogos y juristas de España, que unánimemente condenaron como ilícita tal esclavitud, para declararla ilegítima y desterrarla como así ocurrió para siempre.

Spain and the New Laws of 1542

Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico, llamado el Emperador o el César, reinó en todos los reinos y territorios hispánicos con el nombre de Carlos I desde 1516 hasta 1556, reuniendo así por primera vez en una misma persona las Coronas de Castilla – el Reino de Navarra inclusive – y Aragón.

Fue además emperador del Sacro Imperio Romano Germánico como Carlos V de 1520 a 1558 y llego a conquistar un territorio tan extenso que se conocía como “el imperio donde nunca se pone el sol”. Este incluía enorme extensiones en Europa especialmente Italia y los Países Bajos, varias islas en el Atlántico y en el Mediterráneo, ciudades en el norte de África y vastos territorios en América.

Lo que más no gusta de él, además de su afición por las islas ????, es que le correspondió dar una solución definitiva al problema de la esclavitud de los indios y lo hizo concienzudamente pues se fundamentó en los argumentos de los mejores teólogos y juristas de España, que unánimemente condenaron como ilícita tal esclavitud, para declararla ilegítima y desterrarla como así ocurrió para siempre.

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